PANEL 3
EL TRAYECTO HACIA A SERVICIO
Hay una variedad amplia de factores que influyen en la trayectoria de una persona hacia el servicio. Para algunos, ingresar en el servicio militar no fue algo sorprendente para sus familias mientras para otros unirse a las fuerzas armadas o el hecho de ser reclutados obligatoriamente fue como un shock. ¿Cuándo entraron en el servicio? ¿Cuál era la percepción de lo militar en ese momento? ¿Qué despertó el interés al camino hacia el servicio? ¿Era por la necesidad o por la esperanza de mejores oportunidades? ¿El servicio militar obligatorio fue el que lo inició? ¿Hubo un fuerte sentido por el deber patriótico?
Jose Rodriguez
“Cuando [mi hermana] regresó a casa, ella solo habló tan bien del Cuerpo de Marines, y de sus experiencias y todo. Así que, estaba como, ‘Vaya, que genial!’ Y yo nunca pensé en lo militar realmente porque ella estaba en el ROTC [el Cuerpo de Capacitación de Oficiales de la Reserva], hasta que se fue. Así que cuando decidí entrar en el ejército, estaba como, ‘¿Sabes que? Voy a [hacer] el Cuerpo de Infantería de Marina.’ Y también lo hice porque todo el mundo decía que no lo podría hacer. Yo era más un tipo de persona tímida. Realmente no era de mi personalidad. Así que, lo elegí porque mucha gente simplemente no creía que podía hacerlo.” Kattie Garcia (Cuerpo de Infantería de Marina de los EE. UU., sirvió entre 2001 y 2005).
Ryan Gatrell (Ejército de los EE. UU., sirvió entre 2017 y presente): “Al crecer, mis padres siempre fueron militares. A mi padre le gustaba realmente mucho el ejército, siempre me llevaba a los museos, y simplemente me hablaba sobre su tiempo sirviendo. Y después que nací, mi madre todavía estaba en la Guardia Nacional del Ejército. Y el simple hecho de llegar a casa y verla en su uniforme, de cierto modo me inspiró a seguir en ese camino.”
Hector Garcia (Cuerpo de Infantería de Marina de los EE. UU., sirvió entre 2001 y 2013) quien creció en el sur del Bronx y en Brooklyn en la ciudad de Nueva York, explicó, “no me gradué de la escuela secundaria. Ni siquiera pensé en lo militar, para ser sincero contigo. Se trata más bien sobre la supervivencia. Perdí algunos amigos mientras crecía. Definitivamente he visto algunas cosas en mi vida. Perdí miembros de mi familia, todo a la calle. Así que abandoné la escuela secundaria más o menos, en el noveno grado…ya partir de ahí, fui a un programa en el hogar de detención…y prácticamente tuve la oportunidad de entrar en el servicio si completaba ese programa.” Finalmente con el apoyo de un amigo cercano, [Hector] se alistó en el Cuerpo de Infantería de Marina y, “…entré en el campamento de entrenamiento en enero de 2001” a los 17 años de edad.
“Bueno, siempre estaba pensando en ir a la universidad o en ir a la escuela [vocacional], pero estaba tan acostumbrado a trabajar que conseguí empleo. Y no me di cuenta, pero de repente me reclutaron al servicio militar obligatorio. No había pensado en el servicio. No pensé que me llamarían a las filas, pero lo fui. Y eso fue todo. Así que no tenía nada preconcebido para el servicio. Aparte de que…varias personas de mi familia habían estado en el servicio. Así que estaba orgulloso de ellos.” Jose Rodriguez (Ejército de los EE. UU., sirvo entre 1966 y 1968).