PANEL 6
LA EXPERIENCIA EN EL SERVICIO
LAS RELACIONES
Los veteranos conocieron a muchas personas mientras estaban en el servicio - miembros de su unidad, compañeros y superiores. Ellos interactuaron con gente de diferentes ámbitos de vida. Todos de estas interacciones influenciaron sus experiencias de cada día, y también su visión mundial. Estas relaciones pueden ser positivas y negativas, y los veteranos obtuvieron experiencia con ambos. Durante el servicio se puede variar la capacidad de mantener contacto con familia y los amigos en casa, añadiendo a la sensación del aislamiento.
Ralph DeJesus (tercero desde la derecha)
Hector Garcia (Cuerpo de Infantería de Marina, sirvió entre 2001 y 2013), “…Ir a Okinawa, Japón, cambió mi vida. Porque conocí a mi esposa, con la que sigo casado hasta el día de hoy, casi 19 años, y [tenemos] cuatro hijos. Así que viajar y partir de ahí, fue una experiencia diferente porque me había desplegado antes de conocerla con otros marines. …Ella me abrió mucho los ojos con respecto a nuestros viajes porque nos desplegamos juntos en la misma unidad y pudimos compartir la experiencia de muchos de estos viajes juntos.
Vic Ortiz (Marina de Guerra de los EE. UU., sirvió entre 1990 y 1995) tenía planes de cumplir 20 años y luego retirarse, sin embargo, recordó sus memorias de su C.O.B, o Jefe de Embarcación, “[En] el submarino al que estaba adscrito… Yo no recuerdo muchos nombres pero recuerdo su nombre. Él era tan racista. Me hizo la vida imposible. …Y te lo estoy diciendo, desde el minuto que subí a bordo de ese submarino, lo tenía conmigo. Y simplemente, el odio es una palabra fuerte. No me gusta usar esa palabra. No quiero decir que lo odiaba, pero hombre, tenía una aversión severa por ese tipo y el es lo que me lo golpeó.” Finalmente, fue esta experiencia la que contribuyó a que Vic pusiera fin a su carrera militar.
Catalino Ramos O’Neill (Ejército de EE. UU., sirvió entre 1969 y 1971), recordó que su capitán le dijo, “‘Eres el primer que conozco, especialmente puertorriqueño, que he pasado de toda la cadena del mando, desde tu sargento de pelotón a todo el camino hasta mi oficina, pidiendo o luchando por tus derechos en siendo una persona que merece una oportunidad.’ …Dentro de un mes, me presenté ante la junta y me fue muy bien en la junta, me nombraron sargento.” Cuando se le preguntó cómo se sentían sus amigos puertorriqueños del ejército sobre este logro, Catalino respondió, “Oh, lo celebraron.”
Ed Garza (Ejército de los EE. UU., sirvió entre 1967 y 1969) mientras estaba desplegado en Vietnam, recordó el comportamiento de las unidades estando entre el combate o fuera del combate. Cuando regresaron de al campamento principal base, “Todos, créalo o no, todo el mundo, todos individualmente se apegaban a sus propios rincones. Los mexicanos aquí. Los italianos aquí. No sé por qué pero los blancos por aquí y los negros por aquí. ¿Por qué? Pero luego, cuando llega el momento de volver a entrar en combate, nos marinamos muy bien. Tienes que hacerlo, de lo contrario no lo lograrás [a sobrevivir]. Mira es que tú dejas atrás tus propios pensamientos. No tienes tiempo para eso en combate. O trabajas como una unidad o no lo vas a lograr.”
Isabel Rivera Smith (Ejército de los EE. UU. y la Guardia Nacional de Nueva York, sirviendo entre 1985 y presente) recordó cuando les dijo a sus cuatro hijos que se iba a ser enviada a Irak, “Fue duro… Y nunca olvidaré el día en que se lo dijimos juntos. Mi esposo y yo se lo dijimos juntos y probablemente fue una de las cosas más difíciles que tuve que hacer… Pero, ya sabes, eso quedó atrás. Me alegro de haber tenido la oportunidad de hacerlo. Pero sin duda, el despliegue puede ser duro para las familias.”